El dilema eterno: correr sin tropezar
Si trabajas en agilidad, sabes lo que es vivir en ese fino hilo entre entregar rápido y entregar bien. Y por mucho que tengamos frameworks con nombres elegantes —Scrum, Kanban, SAFe…— lo cierto es que hay fantasmas que siguen apareciendo sprint tras sprint:
- Las estimaciones se nos siguen escapando de las manos.
- La documentación se queda obsoleta al tercer día.
- El tiempo se nos va en tareas repetitivas y monótonas.
- Y muchas decisiones… se toman más con el estómago que con datos.
¿Te suena alguno de estos escenarios?
Ahora, imagina que tienes a alguien (o algo…) que analiza tu histórico, detecta patrones, te alerta antes de que la líes y encima no se cansa nunca.
Correcto: ese «alguien» es la inteligencia artificial. Y no, no hablamos de robots futuristas. Hablamos de herramientas que ya existen y que pueden marcar una diferencia real.
El drama de estimar… y cómo la IA puede salvar el día
Seamos honestos: estimar bien es uno de los mayores retos que tenemos.
Usamos Planning Poker, debatimos si son 3 o 5 puntos, nos miramos, dudamos… y muchas veces nos equivocamos igual.
La IA no viene a quitarnos ese momento de debate (que a veces hasta es divertido, y en todo caso, siempre salen cosas útiles), pero sí puede darnos una base más sólida.
Una especie de ex con una memoria excelente: “oye, esto en el pasado fue más complicado de lo que crees”. Y eso, vale oro.
¿Qué hace la IA por nosotros?
- Revisa tu histórico completo: tareas pasadas, equipos, plazos, tipo de trabajo… todo.
- Sugiere estimaciones basadas en datos reales, no en intuiciones o en lo “que nos parece”.
- Detecta patrones que se nos escapan: tareas que siempre se subestiman, problemas recurrentes con ciertos stakeholders, desviaciones por falta de contexto…
- Aprende sprint a sprint: no se aburre, no se va de vacaciones, no cambia de equipo.
El resultado: menos frustraciones, menos sorpresas y muchas más conversaciones con sentido en las sesiones de refinamiento.
Caso real: un equipo backend y una IA con buen ojo
El escenario:
Un equipo de backend en una fintech. Siete personas, Jira, sprints de dos semanas.
El problema:
Las tareas de 5 puntos salían como si fueran de 8. Había desajustes, presión y sensación de que las cosas no estaban bajo control.
¿Qué hicieron?
Activaron la IA para estimaciones en Jira. Pero no sin antes hacer los deberes:
- Mejoraron la definición de las historias.
- Etiquetaron bien las tareas.
- Y tomaron en serio las retrospectivas.
¿Y la IA qué les dio a cambio?
- Analizó seis meses de trabajo.
- Detectó que las migraciones de base de datos siempre estaban mal estimadas.
- Identificó que las tareas tomadas por perfiles nuevos se desviaban casi un 40%.
- Y lanzó alertas como:
“Cuidado: esta tarea parece de 3 puntos, pero casos similares han costado 5.”
¿Qué pasó después de solo 2 sprints?
- Las desviaciones bajaron un 30%.
- Se repartió mejor la carga.
- Se priorizó lo importante, no solo lo urgente.
- Y, lo más importante, el equipo volvió a respirar tranquilo.
¿Quieres verlo en acción?
Si todo esto te suena bien pero te falta el «ver para creer», échale un vistazo a estos ejemplos (los puedes buscar en YouTube):
- Automated Story Point Estimation con Jira Rovo AI: en tan solo 2 minutos, una mujer (por supuesto, creada por IA) te explica cómo funciona la estimación automática de tareas.
- Crear historias con Atlassian Intelligence: 7 minutos (¡impartido por un humano!), gran parte con pantalla compartida, para así ver realmente cómodivide épicas, estructura tareas y acelera la creación del backlog con la ayuda de la IA.
La IA no reemplaza. Acompaña.
Nadie quiere que la inteligencia artificial tome decisiones por nosotros. Pero sí queremos que nos ayude a tomar mejores decisiones. Que nos quite ruido. Que nos avise a tiempo. Que nos muestre lo que no vemos.
Porque agilidad no va solo de velocidad. Va de claridad. De foco. Y de mejorar cada día con cabeza (y ahora también, con un poco de IA).
Y tú, ¿ya estás usando IA en tu equipo ágil?
¿Tienes alguna herramienta que te esté ayudando? ¿Curiosidad por probar?
¡La conversación empieza contigo!